El síndrome de piernas inquietas: una agitación irrefrenable que pisa el sueño
Como una agitación en la noche, movimientos durante el día, sacudidas en las piernas en un momento que se quisiera tranquilo y reposado. Así se impone el síndrome de piernas inquietas en las personas que lo padecen: una ausencia de tranquilidad causada por la pérdida de control de sus miembros inferiores, acompañada de sensaciones desagradables en estos. ¿Qué puede ocurrir para que un fenómeno así perturbe de esta manera esta parte de nuestro cuerpo?
Piernas que no descansan, preferimos que eso ocurra en otras circunstancias, como para dar un bonito paseo por la naturaleza, o para marcar el ritmo con los pies, escuchando una música que nos gusta, bien rítmica.
Aquí, evidentemente, no hay placer ni interés alguno. Este trastorno neurológico puede considerarse un trastorno del sueño, ya que puede perturbar las noches de algunas personas y afectar la calidad del sueño. ¿Qué se sabe exactamente sobre el síndrome de piernas inquietas? ¿Cuáles son las causas de estas impaciencias en las piernas? Nos hemos adentrado en este espinoso tema, así que no salga corriendo y descubra todo lo que hay que saber sobre el SJSR.
¿Qué se llama síndrome de piernas inquietas?
El síndrome de piernas inquietas ("SJSR"), también llamado enfermedad de Willis y Ekbom, es un trastorno crónico que se caracteriza por una necesidad irresistible de mover las piernas, agitarlas, mientras se sienten como hormigueos, una especie de cosquilleo en ellas. Estas sensaciones muy desagradables, que a veces incluso parecen quemaduras en la piel, apenas dejan descanso a las personas que las padecen. Además, el SJSR se manifiesta en momentos... de reposo. Y ahí está el problema: la atención se centra en estas sensaciones molestas y en los movimientos de las piernas que de ellas derivan. Los momentos de calma se convierten así en un calvario, ya sea por la noche, al momento de dormir, o cuando se está sentado (en la oficina, en casa, o peor, en el coche o en un avión, por ejemplo), a veces sin poder estirar las piernas.
La incomodidad sentida en las extremidades inferiores provoca esta impaciencia en las piernas, que se traduce tanto en la molestia física de sus movimientos irresistibles como en una angustia psicológica y un aumento de la fatiga: se tienen grandes dificultades para descansar por la noche o para permanecer sentado durante el día. Es todo el cuerpo y la mente los que entonces están sin descanso. Probablemente se pregunte si este fenómeno es común.

Las cifras del síndrome de piernas inquietas
El SJSR no es una enfermedad muy "popular", en el sentido mediático del término, aunque según el sitio "Ameli", afectaría al 8,5 % de los franceses1, lo cual no es insignificante. Un estudio francés de 20052 corrobora esta cifra. La tasa de prevalencia del síndrome de piernas inquietas está globalmente confirmada por el sitio referenciado de la "Fondation Sommeil", que la estima, a su vez, entre el 5 y el 10 % de la población adulta3.
Sin embargo, un estudio transversal publicado en 20124 en la muy seria revista « Sleep Medicine Reviews » considera que si se tienen en cuenta criterios de frecuencia (al menos 2 veces por semana) y severidad, el SJSR afectaría "solo" entre el 2,2 y el 7,9 % de la población general. Además, al añadir un diagnóstico diferencial a estos criterios, la prevalencia estaría entonces entre el 1,9 y el 4,6 %.
Además, diferentes estudios5 muestran que la inquietud en las piernas afectaría más a mujeres que a hombres (10 % para ellas contra 5 % para ellos), y que este trastorno tendería a disminuir después de los 64 años. ¡Lamentablemente, la paciencia es necesaria para algunas personas frente a este trastorno neurológico!
Finalmente, es interesante notar que según otro estudio publicado en 20076, aproximadamente el 2 % de los niños entre 8 y 17 años estarían afectados por el SJSR, así como el 25 % de los adultos que lo padecen habrían sido víctimas desde su infancia (entre 8 y 17 años).
Como se puede notar, la enfermedad de Willis y Ekbom, es decir, el SJSR (¡es para asegurarnos de que sigues el hilo!), afecta a más personas de lo que se podría suponer. De ahí esta inevitable pregunta: ¿por qué?
¿Cuáles son las causas del síndrome de piernas inquietas?
A diferencia de otros trastornos del sueño, así como de ciertas parasomnias o patologías, las causas del síndrome de piernas inquietas están relativamente bien identificadas. A nivel fisiológico, se culpa la falta de dopamina en el cerebro y en la médula espinal, así como un déficit de hierro, ya sea causado por anemia o no.
Además, médicos y científicos coinciden en que existen 2 tipos de SJSR7:
- síndrome de piernas inquietas de forma primaria: idiopático (sin causa conocida) o genético (inicio a menudo temprano)
- síndrome de piernas inquietas de forma secundaria: estas inquietudes secundarias están asociadas a ciertas patologías, situaciones o comportamientos
Así, los médicos han constatado una relación entre estas inquietudes secundarias y los siguientes casos:
- insuficiencia renal crónica, esclerosis múltiple
- hipotiroidismo, diabetes, enfermedad de Parkinson
- embarazo (el 20 a 30 % de las mujeres sufren SJSR durante su embarazo)
- toma de ciertos medicamentos: antidepresivos, neurolépticos, antihistamínicos
- consumo de alcohol o tabaco, consumo de café/té o chocolate
- estrés, fatiga
Finalmente, el factor de la obesidad o el sobrepeso también debe tenerse en cuenta en la aparición del síndrome de piernas inquietas. Un estudio de 20098 demuestra que el riesgo de sufrir SJSR aumenta con el sobrepeso.
¿Cuáles son los síntomas del SJSR?
Los síntomas de la impaciencia en las piernas son realmente característicos de este trastorno, que se manifiesta principalmente durante períodos de reposo, es decir, por la tarde o la noche, así como durante estancias prolongadas sentado (oficina, coche, avión…). Estos tiempos de reposo dejan de serlo cuando se manifiesta el SJSR, y las personas que lo padecen durante el día (durante períodos sentados) se ven obligadas a levantarse y caminar para aliviar un poco estos síntomas, que son los siguientes:
- sensaciones desagradables (impaciencias) pero no dolorosas en las extremidades inferiores: hormigueo, cosquilleo, sensaciones de ardor
- necesidad irresistible de mover las piernas
- aumento de las picazones durante los momentos de reposo, por la tarde o la noche
- disipación parcial o total de los síntomas gracias a los movimientos de las piernas, o al caminar

¿Cómo se puede diagnosticar el síndrome de piernas inquietas?
El cuestionario con un médico es la base para el diagnóstico del SJSR. Este permite determinar si los síntomas, la frecuencia de las crisis, los antecedentes familiares o la toma de medicamentos pueden conducir a identificar este trastorno neurológico. Es principalmente al describir sus síntomas al médico que este podrá establecer un diagnóstico para su paciente.
A veces, como en ciertos trastornos del sueño, es posible evidenciar el síndrome de piernas inquietas mediante un examen llamado polisomnografía. Consiste en un análisis del sueño durante el cual se registran diferentes variables como el ritmo respiratorio, el ritmo cardíaco, un electroencefalograma o un electromiograma de los músculos de los brazos o las piernas. Sin embargo, el uso de la polisomnografía en el caso del SJSR no es sistemático.
Además, dado que la relación entre la deficiencia de hierro y el SJSR se evidencia con frecuencia, es oportuno verificar el nivel de ferritina en la sangre, lo que puede permitir diagnosticar el síndrome de piernas inquietas.
Los síntomas del SJSR a veces pueden confundirse con los de otras patologías neurológicas (acatisia, neuropatías, parestesia, calambres…) o vasculares (insuficiencia venosa profunda o “piernas pesadas”, por ejemplo), por lo que pueden ser necesarios exámenes complementarios, análisis de sangre o la consulta con un neurólogo en algunos casos, cuando el diagnóstico diferencial resulta complicado.
¿Cómo tratar el síndrome de piernas inquietas?
Lamentablemente, el tratamiento de las causas del SJSR no siempre es posible, al igual que prevenir este trastorno neurológico. Sin embargo, tratamientos sintomáticos farmacológicos y/o no farmacológicos pueden atenuar o eliminar ciertos factores agravantes, así como algunas inquietudes relacionadas con enfermedades o deficiencias (hierro o dopamina, entre otras).
Así, en función de la intensidad del síndrome evaluada por el médico (leve, moderada, severa o muy severa), basada en la naturaleza de los síntomas y el nivel de repercusión social y moral, aquí hay algunos tratamientos sintomáticos posibles que pueden aliviar el SJSR. Primero, para las formas más leves, se pueden considerar tratamientos no farmacológicos:
- adoptar una higiene de vida sana y adecuada: horario fijo para acostarse, actividades físicas ligeras o estiramientos antes de acostarse, evitar el consumo de té/café/chocolate y alcohol por la noche
- masaje de las piernas o aplicación de compresas calientes, tomar un baño caliente (¡con una buena espuma que huela bien, aún mejor!)
- concentración en una actividad lúdica o de relajación: lectura, actividad manual, pero también el uso de Dodow o Hoomband
- practicar una actividad física regular (caminar al final del día)
Por otro lado, tratamientos farmacológicos, con sus riesgos de efectos secundarios indeseados, pueden emplearse para limitar el alcance de los síntomas sensimotores o de los trastornos del sueño relacionados con el SJSR, o para atenuar (incluso curar) una enfermedad que sea la causa de la inquietud en las piernas:
- toma de suplementos de hierro o ácido fólico, toma de magnesio
- toma de agonistas dopaminérgicos para compensar la falta de dopamina: pramipexol, ropinirol o también rotigotina en parche cutáneo
- toma de opiáceos, anticonvulsivos o sedantes hipnóticos no barbitúricos
Es importante saber que la toma de agonistas dopaminérgicos puede ir acompañada de efectos secundarios como náuseas, vómitos, bajada de la presión arterial, somnolencia diurna, alucinaciones y, más raramente, trastornos del comportamiento (por ejemplo, compras compulsivas, aunque estas pueden ocurrir por otras razones, ¡como te imaginarás!).
El tratamiento de los síntomas del síndrome de piernas inquietas se ha vuelto relativamente eficaz sin necesidad de recurrir a un tratamiento farmacológico, y eso es afortunado. De hecho, muchos médicos reportan resultados positivos al centrarse en la higiene de vida, y sobre todo en la práctica regular de una actividad física diaria moderada (¡se recomienda caminar!)
¡Qué buena forma de desafiar este trastorno neurológico que darse el gusto con unos pequeños pasos de baile al final del día, para fastidiarlo y así obtener un poco de descanso para las piernas durante la noche siguiente! ¿No lo crees? Así se trata el síndrome de piernas inquietas… ¡haciéndolas trabajar un poco!
Fuentes :
[1] Síndrome de piernas inquietas, sitio « Ameli », 2020 [2] y [5] Epidemiología del síndrome de piernas inquietas en adultos franceses: una encuesta nacional: el estudio INSTANT, F Tison, A Crochard et al, « Neurology », julio 2005 [3] El síndrome de piernas inquietas, sitio « Fondation Sommeil », 2020 [4] Epidemiología del síndrome de piernas inquietas: una síntesis de la literatura, Maurice M. Ohayon, Ruth O'Hara et al, « Sleep Medicine Reviews », agosto 2012 [6] Síndrome de piernas inquietas: prevalencia e impacto en niños y adolescentes, el estudio Peds REST, Daniel Picchietti , Richard P Allen et al, « Pediatrics », agosto 2007 [7] Síndrome de piernas inquietas, Abeera Mansur, Pablo R. Castillo et al, « Stat Pearls », abril 2020 [8] Obesidad y síndrome de piernas inquietas en hombres y mujeres, Xiang Gao, Michael A Schwarzschild et al, « Neurology », abril 2009